La
Salud Mental está definida por la OMS como un estado de bienestar donde se
conjuga la estabilidad de cuerpo y mente. Es la plenitud a la que aspira todo
ser humano, que los factores internos y externos que lo conforman, estén en
armonía.
Yo
diría que la salud mental es incluso más importante que la física, porque una
mente enferma eventualmente enfermará el cuerpo.
Es
bueno rescatar que República Dominicana es uno de los pocos países de América
Latina, que consta con una Ley solo de Salud Mental, pero menos
del 1% en el presupuesto de salud se destina a psicológica. Qué ironía tener
una ley y no asignar los fondos adecuados para su ejecución.
La
psicología junto con la medicina, son profesiones enteramente humanas, se espera que sean desarrolladas por personas con la capacidad de amar a otros y brindarse de forma
desinteresada. Nuestro servicio tiene un precio… porque señores, hacer una
carrera no es nada simple… mas todos los conocimientos adicionales que
requerimos, no debemos regalar nuestro trabajo, porque luego la gente no te
valora, pero tampoco abusar de los costos… la usura no es una buena característica
para un psicólogo o psicóloga.
Facundo
Cabral solía decir;
Si
amas el dinero a lo sumo llegaras a un banco, pero si amas la vida -y lo que
haces- seguramente llegaras a DIOS.
Es
más que evidente que la Salud Mental de nuestro país se encuentra olvidada por
el estado, irrespetada por algunos profesionales con la obligación de ejercer
su oficio con Ética y permeada además de intrusismo y oportunismo… pero ese es
otro post.
Se
espera mucho del profesional de la Salud Mental, que sea responsable, que sea eficiente, capaz,
todo poderoso e irreprochable. Se espera que lleve una vida perfecta y pulcra, que
no cometa errores, que tenga siempre sus emociones en orden… ¿es que acaso
quieren que sea una especie de Dios?
Si
bien es cierto que podemos identificar patrones de conducta, los psicólogos no
adivinamos el futuro ni leemos mentes, no somos inmunes al dolor, la depresión,
a odiar a otras personas e incluso a nosotros mismos al punto de cometer
suicidio… nuestras emociones no son perfectas, ni están en orden todo el tiempo,
es cierto que desarrollamos la capacidad de estar más alertas que los demás,
pero esto no significa que siempre nos funcione.
Nos
equivocamos constantemente en las interacciones, amamos a la persona equivocada
y perdemos la motivación por nuestros proyectos laborales y personales… porque
los psicólogos necesitamos ir al psicólogo constantemente, para poder darnos a plenitud.
Es
muy fácil emitir un juicio sobre las personas, se nos olvida que cada uno tiene
sus batallas y hace un gran esfuerzo para mantenerse en pie. Siempre es fácil
criticar y lucir perfecto, cuando no has construido nada.
Olvida el prejuicio y valora al profesional
que está en tu camino, porque antes de ser psicólogo es un SER HUMANO… ahora
bien, asegúrate de estar con la persona debidamente acreditada, pues el
intrusismo en nuestra carrera solo va a terminar cuando el usuario se defienda, hay gente sin escrúpulos que cree que puede mercadear todo.
Las
heridas emocionales no se muestran en el cuerpo, pero un mal abordaje puede
determinar el curso de una vida o familia… seamos humanos antes de acompañar a
otros humanos.
Y
claro, valoremos lo nuestro… Hasta La Otra.
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